Nuestra casa de oración católica y hogar para ancianos Fundación Rosa Mística te invita a participar en las MISAS DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN, los días miércoles 6:00pm y domingos 3:00pm.
En nuestra eucaristía encontraras la solución a tus inquietudes espirituales, problemas maléficos, de opresión y posesión, etc.
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En nuestra eucaristía encontraras la solución a tus inquietudes espirituales, problemas maléficos, de opresión y posesión, etc.
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¿QUE ES UN MALEFICIO?
Es hacer daño a una persona con intervención del demonio.
El medio más común para hacer maleficios es valerse de objetos con los cuales se expresa la voluntad de hacer daño a otro y sobre los cuales se invoca a Satanás para que les imprima su fuerza maléfica.
Esto se hace directa o indirectamente.
Un modo directo consiste en hacer beber o comer a la victima alimentos o bebidas a las cuales se ha mezclado aquello con lo cual se intenta producir el maleficio.
Los ingredientes que se usan con más frecuencia son: huesos de muertos, piedra de ara, sangre de menstruación, partes de algunos animales, algunas hierbas, etc. La eficacia maléfica no depende tanto del material que se emplee sino de la voluntad que se tenga de perjudicar al otro con la intervención del Demonio, y esto se manifiesta por las formulas ocultas que se emplean cuando se hacen estos compuestos.
Hay otro modo que podemos llamar indirecto, y que consiste en hacer la invocación maléfica sobre objetos que pertenecen a la persona, especialmente su retrato, o sobre figuras que la representen, como un muñeco, por ejemplo.
Uno de los ritos que acostumbran usar es clavar alfileres sobre la cabeza del retrato o del muñeco, o en otras partes del cuerpo con la intención de que la persona sufra dolores en esas partes.
Eso es lo que se busca con el rito satánico.
En efecto, a veces vienen personas, victimas del maleficio, a decir que sienten como chuzazos en tal o cual parte de su cuerpo.
Por eso, muchas veces se produce la liberación cuando, durante la oración que se hace, la persona arroja hilos de algodón, cintas, clavos, sangre de menstruación, baba de sapo, semen, flujo vaginal, etc.
Cuando las personas que sufren maleficios reciben la oración de liberación generalmente arrojan baba, en mayor o menor cantidad. La duración de esta liberación es distinta en cada caso. Depende de la gravedad del maleficio, del tiempo transcurrido desde que se recibió, de las disposiciones del paciente, etc.
Hay que tener presente que mientras la persona no se arrepienta de sus pecados, no perdone a quien le haya hecho mal y no renuncia a todo lo que sea ocultismo, y se desprenda de todo objeto de hechicería si lo tiene, como amuletos, es inútil orar por liberación.
Quien no tenga en cuenta estos puntos cometerá graves equivocaciones y tendrá grandes fracasos en este ministerio tan necesario.
Monseñor Corrado Balducci, en su obra El Diablo… existe y se lo puede reconocer, dice al respecto lo siguiente:
“Los diversos modos con los que el maleficio obra por analogía sobre este material variado, pueden reducirse a cuatro: clavado, putrefacción, destrucción con el fuego y anudamiento.
El clavado consiste en punzar con objetos agudos (sobre todo alfileres, puntillas, cuchillos, etc.) lo que representa a la victima, con el fin de obrar de manera semejante sobre la persona, causándole sufrimientos agudos y desgarradores.
La putrefacción representa un deterioro lento pero inexorable que, por medio de una enfermedad inexplicable, llevara al paciente a la tumba; consiste, como lo expresa la palabra misma, en dejar pudrir el objeto al que ha sido transferida la personalidad de la victima.
A menudo, la putrefacción se obtiene enterrando el material; a veces, se añade también el clavado para hacer más terrible el maleficio.
Menos usada es la destrucción con el fuego, que se hace quemando varias veces el objeto de transferencia, con el fin de obtener en la victima una consumación más o menos semejante al caso anterior.
El anudamiento (llamado también ligadura) se hace ligando de varios modos el material de transferencia, o anudando algunas cosas, como cabellos, cintas, tiras de paño, pañuelos, etc., que representan un impedimento (es ése el concepto de nudo) que se quiere causar sobre la persona maleficiada.
Esta dificultad, esta imposibilidad hay que entenderla en el sentido más amplio y se puede referir a actividades físicas, fisiológicas y sociales; por tanto, es una forma muy particular de hechizo, que se usa sola o asociada a las anteriores, con el significado entonces de hacerlas más fuertes, impidiendo el desenredo.
El maleficio del anudamiento se manifiesta, a veces, con señales que tienen algo de misterioso; en efecto, no es raro encontrar en los colchones o en las almohadas de las personas a las que se les hace el mal la lana o las plumas anudadas y entretejidas de maneras sorprendentes. También los cabellos del paciente pueden aparecer anudados de ese modo; también se habla de semejantes entretejimientos en las crines o en las colas de los caballos y de otros animales.
Un tipo especial de maleficio indirecto, de una particular gravedad moral (maleficio sacrílego), es el realizado con objetos sagrados, inclusive con la misma hostia consagrada, y con un ritualismo sumamente blasfemos y sacrílego; maleficio usado para manifestar a Satanás la propia perversión moral, y así ganarse mas su simpatía y ayuda para realizar los perversos propósitos.